Me gusta releer a los que denominamos como autores
"clásicos" de la filosofía, de la teología y de la literatura. Nunca
he entendido porque se han ido relegando al ostracismo estos estudios en la
enseñanza básica general. Quizá porque muchas mentes "privilegiadas"
creen que lo "antiguo" no tiene nada que enseñar a lo
"nuevo". Craso error, en mi opinión. Leer a los "clásicos"
puede ser una forma de estimular el ingenio y elaborar nuevos paradigmas del
conocimiento, a la luz de la experiencia de esas mentes intemporales.
Esta semana le ha tocado a Erasmo de Rotterdam, teólogo,
humanista, pensador inquisitivo y contestatario del Renacimiento. Erasmo era
implacable con el autoritarismo, tanto del clero como de la realeza. Al hilo de
mi comentario en defensa del mundo "clásico", Erasmo "comenzó a
analizar detenidamente los libros más importantes de las antiguas
civilizaciones griega y romana, tratando de modernizar sus contenidos e
intentando aplicarlos a la vida de la sociedad en la que él vivía, intentando
extraer lo más significativo de esos textos antiguos pero brillantes, para que
cualquier persona pudiera entenderlas, penetrar en su significado". Trató
de democratizar el pensamiento a través de la cultura, ¿o fue al revés? No
importa. Lo realmente importante es su agudo sentido del humor con el que tiñe
muchos de sus geniales escritos. "Nunca dejó de luchar contra la cárcel
espiritual que él observaba en todas partes, en todas las instituciones
educativas, intelectuales, políticas y sociales de su época. Esto le acarrearía
numerosos problemas a lo largo de su carrera" (Wikipedia dixit).
En pleno debate de tanta actualidad como la corruptela
política que vivimos en todos los ámbitos (y en este caso me refiero al estado
español) Erasmo ya ponía su dedo en la llaga con su acerada sátira, denunciando
ya en su época los desmanes y abusos de los dirigentes políticos y eclesiales.
Leamos un esclarecedor fragmento de su "Elogio de la necedad":
..."Creen desempeñar honestamente su oficio de reyes si
van a cazar con frecuencia, si montan caballos hermosos, venden en beneficio
propio los cargos y las magistraturas y se dedican a buscar nuevos medios para
apoderarse del dinero de sus súbditos y aumentar su tesoro. Y lo hacen del
debido modo, ocultando con la máscara del derecho sus injusticias. Cuando les
conviene halagan al pueblo para ganarse su favor".
¡Ay, Erasmo! Describes nuestro presente mejor que
"Nostradamus", pero quizá seas menos conocido para la mayoría que el
creador de las crípticas cuartetas que tanto han dado que hablar... y
fantasear.
Que sirva para hacernos reflexionar acerca de lo mucho que debemos cambiar, empezando por uno mismo pues el mundo exterior es reflejo del nuestro aunque amplificado.
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