jueves, 31 de julio de 2014

ERASMO DE ROTTERDAM

Me gusta releer a los que denominamos como autores "clásicos" de la filosofía, de la teología y de la literatura. Nunca he entendido porque se han ido relegando al ostracismo estos estudios en la enseñanza básica general. Quizá porque muchas mentes "privilegiadas" creen que lo "antiguo" no tiene nada que enseñar a lo "nuevo". Craso error, en mi opinión. Leer a los "clásicos" puede ser una forma de estimular el ingenio y elaborar nuevos paradigmas del conocimiento, a la luz de la experiencia de esas mentes intemporales.
Esta semana le ha tocado a Erasmo de Rotterdam, teólogo, humanista, pensador inquisitivo y contestatario del Renacimiento. Erasmo era implacable con el autoritarismo, tanto del clero como de la realeza. Al hilo de mi comentario en defensa del mundo "clásico", Erasmo "comenzó a analizar detenidamente los libros más importantes de las antiguas civilizaciones griega y romana, tratando de modernizar sus contenidos e intentando aplicarlos a la vida de la sociedad en la que él vivía, intentando extraer lo más significativo de esos textos antiguos pero brillantes, para que cualquier persona pudiera entenderlas, penetrar en su significado". Trató de democratizar el pensamiento a través de la cultura, ¿o fue al revés? No importa. Lo realmente importante es su agudo sentido del humor con el que tiñe muchos de sus geniales escritos. "Nunca dejó de luchar contra la cárcel espiritual que él observaba en todas partes, en todas las instituciones educativas, intelectuales, políticas y sociales de su época. Esto le acarrearía numerosos problemas a lo largo de su carrera" (Wikipedia dixit).
En pleno debate de tanta actualidad como la corruptela política que vivimos en todos los ámbitos (y en este caso me refiero al estado español) Erasmo ya ponía su dedo en la llaga con su acerada sátira, denunciando ya en su época los desmanes y abusos de los dirigentes políticos y eclesiales. Leamos un esclarecedor fragmento de su "Elogio de la necedad":
..."Creen desempeñar honestamente su oficio de reyes si van a cazar con frecuencia, si montan caballos hermosos, venden en beneficio propio los cargos y las magistraturas y se dedican a buscar nuevos medios para apoderarse del dinero de sus súbditos y aumentar su tesoro. Y lo hacen del debido modo, ocultando con la máscara del derecho sus injusticias. Cuando les conviene halagan al pueblo para ganarse su favor".
¡Ay, Erasmo! Describes nuestro presente mejor que "Nostradamus", pero quizá seas menos conocido para la mayoría que el creador de las crípticas cuartetas que tanto han dado que hablar... y fantasear.
Que sirva para hacernos reflexionar acerca de lo mucho que debemos cambiar, empezando por uno mismo pues el mundo exterior es reflejo del nuestro aunque amplificado. 

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