viernes, 18 de enero de 2008

PRESENTACIÓN EN LA "CASA DEL LIBRO" DE VIGO


Que no todo va a ser poner a punto los músculos, incluido el del corazón. También hay que cuidar las neuronas, las meninges o el encéfalo; en definitiva, el cerebro y todo lo que eso conlleva. Después de la lección que sobre el particular ofreció ayer Javier Akerman ya no hay disculpa.
El veterano naturópata vigués (mantiene consulta abierta desde 1979) presentó su Cocina para sanar las emociones, (Ediciones Cydonia) libro en el que cuenta la importancia que tienen los alimentos en aspectos tan variados como la memoria, la ansiedad, la depresión, el apetito sexual o el humor.
Explicaba ayer Akerman que ya es hora de que se divulgue no solo cómo influyen según qué grasas en la tasa de colesterol, o el consumo de sal en personas hipertensas. «Son muchas las investigaciones que demuestran que también hay alimentos buenos y malos para el cerebro», sostiene. Y para potenciar o erradicar, según interese, distintos estados de ánimo.
Ante un atento auditorio subrayó, por ejemplo, que nada como los carbohidratos (cereales o pastas integrales a poder ser) para combatir la ansiedad. Precisamente su efecto ansiolítico es lo que los hace inadecuados al mediodía si hemos de enfrentarnos a una jornada de tarde agitada, a un examen o similar.
Si lo que queremos es garantizarnos una buena memoria, nada de rabos de pasas -«eso es una leyenda urbana»- y mayor generosidad con el pavo y el atún, amén de arándanos y fresas. Akerman echa mano de rigurosos estudios para recalcar que está demostrado que las fresas incrementan la capacidad de aprendizaje. Pensar que hay tantos estudiantes dedicando horas y más horas cada curso al arte de la chuleta cuando un puñado de fresas (y una lectura detenida de la materia) hacen el mismo efecto...
También la huerta ofrece aliados contra la depresión. El plátano, el melocotón y las nueces son algunos de los más recomendables.
Como no todo iban a ser pinceladas generales, Javier Akerman bajó a lo concreto ofreciendo un puñado de recetas. Los asistentes copiaban o no los ingredientes en función de sus gustos o necesidades. Dos fueron las que más adeptos parece que sumaron: amor de frambuesa y viagra de frutos secos. La primera calma la ansiedad y favorece el buen humor, y la segunda... Sí, es estimulante. Por si tienen urgencia de estar bienhumorados o estimulados (o ambas cosas a la vez) se las transcribo:
Para el amor de frambuesa se precisan 800 gramos de frambuesas picadas, medio bote de leche condensada, un cuarto de taza de zumo de limón y 125 gramos de queso cremoso. Hay que batirlo todo muy bien y verterlo en copas que no se sacarán de la nevera hasta el momento de servir.
No mucho más complicado es el viagra de frutos secos: tres docenas de dátiles deshuesados, seis cucharadas de nata líquida, 25 gramos de pistachos, otros tantos de nueces y 25 más de piñones tostados, una cucharada sopera de jengibre rallado, dos cucharadas de agua de azahar y 30 gramos de semillas de sésamo. Se machacan en un mortero todos los frutos secos y se les agrega el resto de los ingredientes salvo el sésamo. Se van formado bolas del tamaño de una avellana que se pasan por el sésamo. Se guardan en un recipiente con tapa en la nevera y se van consumiendo a los poquitos. Cuatro o seis al día, porque aunque no tienen efectos secundarios tampoco es cosa de atiborrarse.
Observando el interés con el que los asistentes seguían la intervención de Akerman, doy por hecho que tendrá garantizado el lleno en el próximo libro, que verá la luz en abril. Sexo... ¡Naturalmente! se va a llamar. Además de un apartado gastronómico, habrá un listado de técnicas y... En fin, un completo manual de sexología práctica. Tanto en un caso como en otro donará los derechos de autor a distintos fines solidarios.
(Crónica publicada por Soledad Antón en "La Voz de Galicia").

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